Hace muchos años comencé con multitud de síntomas de diversa
índole… Neurológicos, endocrinos, cardiacos… Los médicos no me creían, me
trataban de loca, de hipocondríaca, de egocentrista, de “listilla”… De millones
de cosas que a nadie le gustaría que le llamasen y que además nadie merece que
se lo llamen… No los creí. Sus argumentos eran tan pueriles como faltos de
ciencia. Seguí buscando… Los síntomas crecían y se multiplicaban por días. Y
seguían diciéndome que era un ansiosa o peor aún, que me lo inventaba. Ocho
años después de recorrerme media España, me diagnosticaron la Enfermedad de
Hashimoto (parece ser que ni estaba tan loca, ni quería llamar tanto la
atención).
¿Cuál era el problema? Que no explicaba todos los síntomas
(sobre todo los neurológicos), y que me tendrían que buscar una segunda
enfermedad.
Fue entonces, cuando ocho años después, comencé a sentir
ansiedad y ataques de pánico, y un terrible miedo al miedo y sus efectos. Me he
enfadado contra mi y contra el mundo por resultarme tan difícil enfrentarme a
esta ansiedad y por luchar contra un cerebro que puede ser tu peor enemigo, de
mantenerlo a raya y firme para no pensar en todo lo malo que podía ocurrir, y
no enterarme de lo bueno que me estaba ocurriendo.
Hace un par de meses, el cuello se me movía solo hacia los
lados, un par de veces cada minuto y con espasmos dolorosos musculares. Aquello
me duró 72 horas. Visité tres médicos que me dijeron 3 cosas diferentes (algo
que tranquiliza mucho, nótese el aire irónico). Al final, tuve que grabarlos y
mandárselos a mi doctora de A Coruña, para que ella misma viera y juzgase. Eran
justo esta clase de cosas, las que no explicaban la enfermedad autoinmune
descubierta. En aquella ocasión, me hicieron un análisis de sangre que me dio
hipomagnesemia (magnesio bajo en sangre) y que, además, uno de sus síntomas,
eran los espasmos musculares. (Nadie se lo explicaba, pero tampoco osaban a
llamarme loca).
La semana pasada me repetí el análisis y me dio 0.97 mg,
cuando el mínimo es 1,7. Hoy he tratado de relacionar el magnesio a la
enfermedad de hashimoto, buscando estudios recientes (como llevo haciendo desde
que todos juzgaban mi “locura”, pero nadie era capaz de tratarla y mucho menos
curarla). Y descubro, por pura casualidad, que “los inhibidores de la bomba de
protones” (antiácidos tipo pantecta, omeoprazol… etc), “en casos poco
frecuentes, pueden causar hipomagnesemia grave, cuyos efectos pueden ser
potencialmente graves, requiriendo ingreso hospitalario de urgencia” y lo he
citado textualmente del anuncio que existe en la Web del Ministerio de
Saniedad, como alerta medicamentosa. Se considera hipomagnesemia grave por
debajo de “1.1” y los efectos son potencialmente graves, algunos, como los de
corazón pueden ser mortales.
Me voy al prospecto de Pantecta… Y no recogen esto!!!!
Los mayoría de los médicos no se leen este tipo de alertas y
son incapaces de relacionar síntomas, acusándome de desquiciada… El Ministerio
de Sanidad y organismos similares, no son capaces de obligar al “lobby
farmacéutico” a que modifique los prospectos para que se pueda diagnosticar a
tiempo, porque solo somos un numero social que le da beneficios al gobierno y
sector privado, solo UN NUMERO… Y el mundo sigue girando mal y todos
anestesiados perdidos, mirando para otro lado.
¿Cómo te quedarías tú en mi lugar? ¿Cómo te sentirías? ¿Y si
me hubiese pasado algo malo?... Estoy muy muy enfadada con esto y no pienso
dejarlo aquí… Siento rabia e indignación y violencia dentro de mi porque juegan
con nuestra vida y nadie hace nada, nos excusamos en un “es general” “no eres
la única” “son humanos y se pueden equivocar”, les justificamos hasta la
saciedad, y ¿Qué recibimos a cambio?… Y sobre todo, una enorme impotencia de
saber que nadie ha conseguido cambiar nada, uno solo…
Necesito ayuda, necesito que despiertes, que te indignes,
que te sientas en mi piel y que grites fuerte y alto, quizá tú tampoco puedas
hacer mas que eso, indignarte y gritar… Pero a lo mejor, alguien que si puede,
escucha este grito y decide tomar cartas… Si tienes un amigo abogado con
conciencia social y amante de los casos difíciles, un periodista independiente
con conciencia humana, un amigo con un blog, seguidores en twitter, un familiar
de administrativo en el ministerio de sanidad, un hermano médico… O simplemente
una lista de correos y contactos en twitter, compártelo y pide que lo
compartan, que llegue a todos, hasta los oídos de los que tengan en su mano
aportar su granito de arena para hacer de éste un mundo un poco mejor.
Porque me ha pasado a mi, Cristina Martínez, de 33 años y
natural de Cartagena, pero mañana puede ser tu vida la que corra peligro.
Cualquier que desee escribir u ofrecer su ayuda, o aportar
ideas, puede hacerlo en: vivirconmiopatia@gmail.com
Añadir que tengo toda la documentación necesaria que avala
mi testimonio.
Gracias a todos.