sábado, 5 de febrero de 2011

¿Por qué sonrío?... ¡Y por qué no!

A veces, mis amigos o los simples desconocidos, se sorprenden al comprobar que, a pesar de todo... Sonrío. A veces, mucho peor que la sorpresa, es cuando notas la incredulidad en sus ojos, esa incredulidad ante tus palabras tan lacerante que la sientes en la piel del alma... Porque si, estuvieras tan mal como dices, no estarías sonriendo...

¿Por qué sonrío?... ¡Y por que no!

Sonrío porque sonreir crea una maravillosa onda expansiva. Si cuando cualquiera te mira, pregunta, comenta o dirige un mínimo de interés hacia ti... Si tu sonríes, por gris que sea la cara de la persona que tienes enfrente, comprobaras que la línea recta de sus labios, comenzará a curvarse hasta devolverte la misma sonrisa, por pura empatía (démosle las gracias a las causantes de esto, las neuronas espejo). Quizá esa persona gris, ahora sonríente... Aguante su sonrisa un mínimo hasta cruzarse con otro ser humano que, por pura empatía, también sonreirá. Y así... Poco a poco... Persona a persona... Sonrisa a sonrisa... Haremos un mundo mejor... Quizá esta onda expansiva llegue a una persona que, por un motivo cualquiera, no pensaba sonreir ese día y le alegremos, durante un instante, con esta bomba de empatia global.

¿Por qué sonrio?... ¡Y por qué no!

Porque reír y llorar, en el mercado, están al mismo precio... Sin embargo, el valor real es completamente opuesto. Pero cuando ríes, se disparan una serie de mecanismos en tu cerebro... Se segregan endorfinas, entre ellas, la encefalina que tiene la capacidad de aliviar el dolor. Ademas todas esas endorfinas que llegan en torrente a todo el cuerpo juegan un papel esencial en el equilibrio del tono vital y la depresión... Es decir, es la diferencia entre encontrarse bien y encontrarse mal.

Durante toda mi vida, por motivos que no vienen al caso, he llorado mucho, cayendo incluso en alguna depresión muy fuerte. Un día me di cuenta que ni la risa, ni el llanto, solucionaban ninguno de mis problemas... Pero si habia una diferencia importantísima entre las dos... Y es que cuando me río, me siento bien y cuando lloro, a la carga de mis problemas, se le suma mi propia tristeza.

Ahora, cuando los dolores, las contracturas, el cansancio, la desidia de los médicos, la incontinencia verbal de los que nunca han sabido escuchar, el asco de un sistema creado que nunca funcionó... Ante las mil y una injusticia de todos los días, yo me defiendo riendo... Y así pienso ganarles la guerra, a base de cambiar la línea muerta de sus labios por la línea curva de una sonrisa cualquiera.

A veces, cuando toda esta carga pesa de mas y todo me resulta más triste y la luz comienza a disolverse en una densa oscuridad que todo se lo traga... Uso el teléfono y llamo a uno de esos amigos que suelen estar siempre... Y, aunque no quiera o no me apetezca o vestirme ya resulte un ejercicio maratoniano, lo hago... Porque se que con una cerveza en la mano y la risa de un amigo... Es solo cuestión de minutos que me vuelva a a encontrar mejor.

¿Por qué sonrío?... ¡Y por qué no!

Porque es mucho más dificil sonreir cuando todo va mal... Que llorar cuando tienes un problema... Porque me gustan los retos.

¿Por qué sonrío?... ¿Y tú? ¿Por qué no lo haces?

2 comentarios:

  1. Cris, me ha encantado esta entrega de tu blog y con este comentario te devuelvo una sonrisa.:)) Desde luego es la mejor medicina. ¡¡¡Bravo por ti!!!

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  2. Menchu: Me alegro mucho de que te haya gustado. Si que es la mejor medicina, si. Un besazo enorme

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